La Selección albiceleste se vio replegada por la supremacía de Rusia que venció en tres sets corridos.
Contundente derrota del conjunto argentino que no logró obtener el boleto a la final del Mundial U21, fue 3-0 con parciales 25-27, 26-28 y 25-17, ahora los dirigidos por Martín López tendrán la chance de jugar el partido por el tercer puesto de la competencia.
El primer set empezó con muchas imperfecciones de ambos lados, un saque a la red de cada uno y un error en el ataque central de Argentina. La mayoría de los puntos que sumó cada selección fueron entregados por el rival, hasta que la albiceleste se metió en partido y Armoa clavó un ataque diagonal en los tres metros.
De ahí en más, parecía que los de López crecían, pero no estuvieron finos, y les costó salir mentalmente de eso; varios ataques errados y malas recepciones hicieron que el equipo baje desde lo anímico. Un ataque del opuesto Acosta, le dio al equipo esa refrescada que necesitaba, puño apretado y a seguir.
El bloqueo no estuvo seguro y se pagó caro, porque el central y el punta no saltaban a tiempo, y la defensa se complicaba. Costó rotar y se notó la falta de Armoa en el ataque delantero, tanto que cuando finalmente llegó, hizo la diferencia. Triple bloqueo argentino y afuera, el set se lo llevó Rusia por 27-25. Quedó el gusto amargo porque Argentina no hizo un buen papel, y la sensación de poder haber hecho más, se sentía.
Había mucho en juego
Los de López lo tenían presente, pero el armador ruso desorientaba a la primera defensa albiceleste y de ahí en más todo era cuesta arriba. La desorganización que tenía Argentina era inversamente proporcional a lo que sucedía en frente, y los nervios empezaban a llegar. El bloqueo no mejoró y el equipo empezaba a decaer, porque a pesar de los buenos ataques, cuando era la hora de defender todo se complicaba y la albiceleste no podía ponerse en ventaja.
El entrenador cambió algunas fichas, y el ingreso de Aloisi en el armado refrescó al equipo, aunque no había nada que pueda parar los ataques del punta ruso. Cuando el bloqueo creció, el ataque no fue preciso, hasta que Armoa siendo zaguero hizo de las suyas y le dio vida a Argentina. Rusia era superior, se notaba, pero aún así el conjunto nacional no decaía y seguía intentando remontar el partido.
Un doble bloqueo impecable equiparó la cuestión, y el set se iba a definir en los detalles. Un set a favor le daba vida a la albiceleste, y uno en contra lo dejaba al borde de la condena. Finalmente los rusos se impusieron 28-26 y colocaron el 2-0 en el global.
A todo o nada
El tercer set había que ganarlo si o si, pero la supremacía de Rusia se extendió e inició arriba en el marcador. Las recepciones y defensas argentinas no eran buenas, y costaba que el armador pueda dejar una pelota limpia en el ataque. Se sumó desde los errores rivales, pero no se supieron aprovechar los saques. El partido se volvió cíclico; Rusia dominaba, Argentina descontaba pero no podía pasar al frente, y los errores rivales no eran suficientes para hacer la diferencia.
El equipo albiceleste pensaba y distribuía el juego, por la punta delantera, por la punta zaguera, atacando y tocando la pelota cuando era necesario, pero las cosas no salieron. Las desatenciones se pagaron caras, porque Rusia supo buscar los puntos débiles y presionar desde ahí. Argentina tenía movimientos individuales lentos, y eso impidió la realización de jugadas fructíferas. Finalmente los rusos se llevaron el tercer set por 25-17 y cerraron el partido metiéndose en la final.
La chance de medalla y podio
Mañana desde las 11:00 (horario argentino) se disputará el partido por el tercer puesto, en el cual Argentina enfrentará al perdedor de la otra semifinal, que será Italia o Polonia.