Hugo Orlando Gatti recibió el alta estar internado desde el 21 de marzo en una clínica de Madrid a causa de padecer coronavirus. Este miércoles salió de la internación, según informó Lucas Gatti, uno de sus hijos, en sus redes sociales.
Así lo comunicaba Lucas Gatti en Twitter: «Les escribo para darles una buena noticia. Han dado de alta a mi padre. Ya se encuentra en su casa y ahora vienen días en los cuáles deberá estar tranquilo, recuperándose completamente y siguiendo todas las indicaciones y controles que los médicos le han solicitado», informó Lucas Gatti. De esta manera después de más de casi tres semanas de preocupaciones acerca de su salud, el ex arquero de Boca, River y la Selección Argentina le dio pelea a esta dura batalla y pudo por fin salir de la clínica para terminar de recuperarse en su hogar.
En un comienzo, el panorama parecía difícil. A fines de marzo, el hijo del «Loco» había alertado que su padre estaba «estable aunque eso no indicaba que estuviera bien».
Días después, el mayor de los hijos del Loco contó que su padre estaba respondiendo al tratamiento, mientras que el domingo publicó que «la situación es alentadora». Tan alentadora fue que este miércoles, pasado el mediodía de Argentina y en la tarde europea, en la previa a los feriados de Semana Santa, entregó la buena nueva sobre la salud de su padre.
Hace poco menos de una semana, el propio Hugo Gatti había mostrado signos de evolución cuando, participó telfónicamente del programa «El Chiringuito», un clásico de la TV española en el que él, junto a otros siete tertulianos, se desempeña como panelista, en polémicas de fútbol, con la conducción del periodista Josep Pedrerol.
De hecho, el ex arquero admitió: «Nunca tuve nada. Eso me sorprendía. Solo tuve tos. Tos tuve siempre en mi vida. Es una costumbre mía. Pero fiebre y dolor no”. Y agregó: “Estoy con ganas de salir. Nunca estuve en peligro. Pero esto me envejece mentalmente. He visto cosas que nunca pensé que iba a ver. No es fácil. Esto me viene bien para hacerme más fuerte y aprender más de la vida”.
También, Gatti negó haber temido a la muerte. Afirmó: “No tuve miedo. El día que me vaya a ir, el Dios del cielo me va a decir hoy te toca, Loco”.
Finalmente, cerró y concluyó: “Esto para mí es como un mal sueño. Y como todo sueño tiene que terminar y comenzar uno nuevo. Cuando a mí me dijeron que me tenían que ingresar, yo decía ‘ustedes están locos’. A mí me gusta vivir. Como a todos. Uno tiene que luchar por eso, por la vida”, añadió.
Nacido en Carlos Tejedor, en la provincia de Buenos Aires, el 19 de agosto de 1944, Gatti se inició en el fútbol en Atlanta (1962-64). Y luego pasó por River (1964-68); Gimnasia (1969-74); Unión (1975); Boca (1976-88). Y estuvo en 18 partidos de la Selección, donde integró el plantel que disputó el Mundial de Inglaterra 1966.
Su último club fue Boca, donde se retiró en 1988, con 44 años, tras ganar una Copa Intercontinental, dos Libertadores, dos torneos Metropolitanos y uno Nacional. “Yo nunca fui arquero. Fui un jugador de fútbol que estuvo en el arco…», se definió siempre sobre su estilo peculiar.
Una gambeta mas del «loco», esta vez al COVID-19, y defendió el arco mas importante de cualquier persona: la vida.