Los Boston Celtics vencieron este jueves 120-108 en la casa de los Golden State Warriors con una tremenda remontada en el ultimo cuarto.
El primer capítulo de las finales de la NBA dejó una postal emocionante: Boston Celtics venció como visitante a Golden State Warriors por 120 a 108. Esta primera final se puede resumir en la remontada épica de Boston. Se sabe que en estas instancias decisivas, los jugadores siempre dan un plus y los partidos nunca defraudan. El de ayer no fue la excepción.
Esta final de la NBA es muy especial. Un dato asombraba en la previa: si se suman las presencias de estos jugadores de Golden State en finales, habían disputado 123 partidos en series decisivas por el título. Es apenas la tercera vez en la historia que una franquicia llega a las Finales con más de cien encuentros de experiencia en esta fase, repartidos entre su plantel. Y lo curioso además es que enfrente tuvo un adversario con jugadores que jamás habían participado en una serie final.
Es que los Celtics siempre estuvieron debajo en el marcador y necesitaron remarla. Y mucho. El inicio de los Warriors fue demoledor. Con una brillante actuación de Stephen Curry en el primer cuarto, parecía dejar dañados para siempre a los Celtics. Curry dejó su sello con seis tripes y anotó 21 puntos en esos primeros doce minutos de juego. Sin embargo, la estrella de los Warriors, en su regreso a una nueva final de la NBA, tras una ausencia de tres años, le sirvió para ser el máximo anotador del juego con 34 puntos. Pero ese arranque no lo pudo sostener en ritmo y eficacia.
Sin embargo, la frialdad de los Celtics para no desesperarse ante la adversidad de estar 15 puntos abajo llevó a cambiar su juego y a tener un sorprendente parcial de 15-0 y un último cuarto fantástico de 40-16. Steve Kerr conoce de finales. La actual, ante Boston, es la sexta en los últimos ocho años. Siempre con su trío como bandera que conforman Curry, Thompson y Green, mandó un mensaje: “Cuando ganas el primer partido en casa, hay una sensación de comodidad y tienes una percepción de tu oponente con la que haces tus ajustes. Así que esta es una sensación diferente. Obviamente, entras en el segundo partido con un mayor sentido de desesperación. Pero forma parte de estas cosas. Hemos estado en esta posición antes y hemos ganado series de playoffs en las que hemos perdido el primer partido”.
En los enfrentamientos en la temporada regular los Celtics y los Warriors siempre se ganaron de visitante. El próximo domingo, a las 21, se volverán a ver las caras en San Francisco en el segundo partido de la final de la NBA.