El ex accionista de Torneos y Competencias -empresa que continúa con participación en en la comercialización del fútbol-, sufrió una afección coronaria y se hallaba internado en el Instituto del Diagnóstico desde hacía una semana.
Nació en Asunción, en 1942 y llegó a la Argentina cuatro años más tarde. Trabajó en la industria de la publicidad y en 1982 tuvo su primer contacto con la televisión cuando produjo un programa de golf para Canal 2.
Tuvo un fuerte éxito de rating con «El deporte y el hombre», envío que conducía «Pancho» Ibañez, pero alcanzó su mayor suceso comercial con la creación de «Fútbol de Primera», en 1985, el programa que conducían Marcelo Araujo y Enrique Macaya Márquez y que se convirtió en el signo de una época en la historia del fútbol televisado.
El salto ocurrió en 1991 cuando, tras una crisis económica en la AFA, se adueñó por seis años los derechos exclusivos de la televisación del fútbol argentino (licencia que luego se extendió hasta 2014).
Aquel privilegio, que clausuraba toda imagen del deporte más popular hasta tanto no se emitiera el programa de Canal 13 los domingos a la noche, expresó un tiempo de la Argentina y de las relaciones entre los medios y el poder político. Julio Grondona, presidente de AFA, fallecido en 2014, fue su aliado estratégico. El fútbol fue -entonces- territorio exclusivo de un grupo de medios privado.
Ante la necesidad de encontrar pantalla para el negocio del que se había apropiado en forma exclusiva, creó la señal deportiva TyC Sports. También fue accionista de Canal 9 y Canal 2. Tuvo una radio (La Red), un diario (El Gráfico), una línea aérea, manejó gran parte de la comercialización en la vía pública y trajo al país a la señal Fox Sports. Su nombre se convirtió en sinónimo de fútbol y poder.
Con el tiempo se transformó en una figura popular, un personaje más de la farándula. Pero también fue el protagonista de fracasos comerciales silenciados por los medios aliados como, por caso, los despidos masivos que ejecutó El Gráfico, en 1998, tras comprar aquel emblemático medio a Editorial Atlántida luego del Mundial de Francia.
En 2006, Ávila decidió retirarse de Torneos y, tres años más tarde, el Estado argentino se quedó con los derechos de transmisión del fútbol para difundirlos en forma abierta y gratuita. «Fútbol de Primera», el estandarte del proceso que concluía, se interrumpió.
En 2013, intentó retornar a los primeros planos del fútbol como presidente de River pero reunió apenas el 1,87% de los votos en los comicios que consagraron a Rodolfo D’Onofrio.
Su legado empresario, sin embargo, continúa vigente. En 2016 se desintegró el programa «Fútbol para todos» y los derechos de televisación del fútbol argentino se cedieron otra vez en forma exclusiva, en un paquete cerrado a diferentes empresas con lo que se inauguró una batalla judicial -todavía vigente- con televisoras locales y comunitarias que tuvieron que cancelar sus transmisiones.
El presidente Mauricio Macri, también con pasado empresario ligado al fútbol argentino, lo despidió a través de la plataforma de twitter y lo definió como «un entusiasta que hizo un aporte histórico al fútbol argentino».